Operaciones básicas: Limpieza, consagración, dedicación y carga

A la hora de realizar cualquier práctica mágica es necesario saber realizar correctamente los procesos de limpieza, consagración, dedicación y carga, que pueden aplicarse tanto a objetos como a espacios o recintos, realizando algunas modificaciones.

Limpieza

Limpiar un objeto consiste en quitarle todas las energías negativas que contiene. Es el primer paso en el proceso de otorgar energía y poder a un objeto, ya que posteriormente lo tendremos que cargar con una energía nueva y limpia. Es especialmente necesario realizar una limpieza cuando adquirimos una piedra, un péndulo o cualquier otra cosa que haya podido estar en contacto con otras personas, impregnándose de diversas energías.

Se puede limpiar un objeto de muchas formas diferentes, aunque generalmente suele hacerse por medio de cualquiera de los cuatro elementos:

1. Tierra: Para limpiar mediante la Tierra, se puede poner el objeto junto a una planta o enterrado en el jardín mientras visualizamos cómo la Tierra absorbe todas las energías negativas. También puede colocarse sobre sal gorda una noche. 
2. Aire: Si es un día ventoso, se puede exponer el objeto a la fuerza del viento mientras visualizamos cómo se lleva el viento las energías negativas. También se puede realizar exponiendo el objeto al humo del incienso.
3. Fuego: Para limpiar el objeto por medio de este elemento, hemos de pasarlo por la llama de una vela o una hoguera mientras que visualizamos cómo la energía negativa se transforma en fuego, dejando el objeto limpio.
4. Agua: Si el objeto se puede mojar, lo podemos sumergir en un lugar con agua a la vez que visualizamos cómo las energías negativas pasan al agua, quedando el objeto limpio. También podemos pasarlo bajo el chorro de un grifo. Si el objeto no es permeable, lo pasaremos por la superficie del agua, pero sin que ésta llegue a tocarlo.

Colocar un objeto sobre una drusa de amatista es también una limpieza excelente.

Drusa de amatista

Consagración

El objetivo de consagrar un objeto es hacer que pase a ser de un objeto normal y corriente, de uso común, a un objeto ritual, un objeto capaz de interaccionar energéticamente o de realizar una determinada función según la voluntad de su poseedor.

Mediante la consagración, se le dota de poder, se transforma en un objeto sagrado.

Así, si tomamos una gema, en principio es sólo una piedra comprada en un puesto callejero o una tienda pero, tras consagrarla, es una gema con una vibración afín a su propietario y que éste podrá utilizar y beneficiarse de sus propiedades.

Para ello, se puede tomar el objeto entre las manos mientras se visualiza cómo un resplandor plateado cubre al objeto mientras decimos algo parecido a “Yo te consagro como una gema personal, la cual podré utilizar y beneficiarme se sus efectos”, “Yo te consagro como un cáliz que representará al elemento Agua”. Para cada objeto, la frase debe adaptarse según el fin al que lo destinemos.

Dedicación

Una vez limpio y consagrado, puede procederse a la dedicación del objeto en cuestión, aunque este paso es opcional y no todo el mundo lo realiza. Consiste en vincular el objeto a una persona o entidad y se puede realizar expresando a qué persona o deidad lo dedicamos: “Dedico este péndulo a la persona que me lo regaló”.

Carga

Para terminar, el objeto debe cargarse con energía nueva y limpia. Esto puede hacerse exponiéndolo a la radiación solar o lunar, o también podemos cargarlo con la energía de alguno de los cuatro elementos. En todas las cargas debe visualizarse que el elemento cede energía al objeto y que éste la acumula. El tiempo de carga es variable, aunque se recomiendan 24 horas.

1. Para llenar un objeto con energía procedente de la Tierra, puede colocarse junto a una planta grande, o enterrarse en el jardín.
2. Si se desea cargar con el Aire, puede exponerse al humo del incienso.
3. La carga de un objeto con el fuego puede hacerse colocándolo cerca de una vela u hoguera hasta que ésta se consuma, o pasándolo su llama.
4. Para cargar un objeto con el Agua, se puede dejar sumergido un tiempo en una zona de agua limpia, como un río, el mar, o simplemente agua mineral.

Nuhmen Delos.