Los cuatro Elementos en la Wicca

Los seres humanos han alimentado sus creencias mágicas desde el comienzo de los tiempos. Ya en la antigüedad, se creía en que ciertos componentes básicos, llamados Elementos, residían en el núcleo de toda creación y que todo lo existente estaba impregnado de la energía de éstos.

Para establecer una definición de los cuatro Elementos, Tierra, Aire, Agua y Fuego, puede decirse que son al mismo tiempo visibles e invisibles, físicos y espirituales. En esencia, se trata de enormes cúmulos de energéticos, diferenciados entre sí por sus características, que impregnan todo lo existente y que nos proporcionan la energía necesaria para llevar a cabo nuestros trabajos mágicos en los rituales. 

En la Tradición Correlliana, a la cual pertenezco, se enseña que el Aire representa la inspiración, el Fuego es la acción, el Agua simboliza la reacción y la Tierra es la integración, algo con lo que estoy muy de acuerdo si se analizan sus energías dentro de un marco ritual. Además, se dice que todas las cosas están compuestas de estos elementos en diferentes proporciones, entendiéndose que no se habla de elementos físicos, sino más bien de las cualidades energéticas y espirituales que representan los mismos.

Antes de realizar cualquier trabajo o ritual, además de cerrar el círculo mágico, es imprescindible invocar las energías o entidades asociadas a los cuatro Elementos, pues son la base energética sobre la cual se asienta el poder del acto mágico. Esto puede hacerse trabajando con los guardianes de los elementos, las atalayas, los vientos o las criaturas elementales, en función de las preferencias de cada uno.

Al hacer click sobre las siguientes imágenes, podrás acceder a más información sobre el Elemento correspondiente, con datos específicos acerca del trabajo con el mismo y las correspondencias más utilizadas en la práctica mágica.


                             

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